serie Sorjonen

El detective Kari Sorjonen investiga los crímenes gracias a su mente superior y a un sistema que él llama “el palacio de la memoria”.

Los policiales de los países escandinavos son diferentes de los clásicos norteamericanos y franceses: los crímenes son más perversos y si se quiere, más imaginativos. La serie finlandesa Sorjonen es un claro ejemplo. Se trata de un detective que deja su cargo en Helsinki para instalarse con su esposa e hija adolescente en una pequeña y adorable ciudad, Lappeenranta, en la frontera con Rusia. Por supuesto no encuentra allí la vida más tranquila que esperaba porque el crimen prospera en todas partes.

Kari Sorjonen (Ville Virtanen) es un hombre de inteligencia superior, memoria fotográfica y certeros instintos. Su manera de trabajar es tan peculiar que dan ganas de meterse en el interior de su cerebro y ver cómo funciona. Su herramienta es un sistema de rectángulos a los que llama “el palacio de la memoria”. Cada espacio activa un resorte de su memoria y él los recorre en una especie de viaje mental.

Todo su aparato gestual es diferente, por momentos colosal, por momentos vulnerable, pero su lenguaje más potente está en la mirada. La serie cautivó a un público importante en sus primeras dos temporadas y la tercera, recientemente estrenada, supera a las anteriores.

Por lo pronto apareció la nieve: la luz de los bosques nevados y los campos blancos dan marco a escenas de tal belleza que parecen cuadros flamencos. Los interiores son austeros como es típico en los países nórdicos: espacios generosos y líneas inexorablemente ortogonales.

La narración va y viene en el tiempo al ritmo en que funciona la memoria de Sorjonen, es un juego para armar. Los casos se presentan por lo general a lo largo de dos capítulos, algunos toman tres, pero de una u otra manera se van encadenando a lo largo de toda la historia y nunca desaparecen del todo. Es decir, la serie propone un atractivo juego de la memoria también para el espectador. Los diálogos son brillantes y la realización excelente. Es una de las pocas series que admiten y reclaman continuación.